dedicado a María Granata
los vegetales son inmensamente confiados los animales ven todos los días seres extraordinarios las cosas redondas se caen con mayor facilidad los gnomos hablan siempre a coro (para que su voz alcance cierta estatura) pocas cosas hay en el mundo tan bellas como los húmedos ojos de un caballo cuando un niño se siente muy feliz solo sonríe y en Buenos Aires hay ángeles sin alas durmiendo en los bancos de las plazas esperándonos para que les enseñemos a andar en bicicleta |
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